Valladolid en el punto de mira de Fundación Recover

Médicos vallisoletanos, claves para mejorar la asistencia sanitaria especializada en África

En Camerún cuentan con 1 neurólogo por cada millón de habitantes, frente a los 6 especialistas por cada 100.000 en España; por eso el intercambio de conocimientos entre médicos voluntarios, como David G. Azorín desde Valladolid, y profesionales africanos es fundamental

David G. Azorín durante su voluntariado en Camerún

Los escasos recursos materiales y de personal sanitario en los sistemas de salud africanos suponen que muchos diagnósticos sean abordados por profesionales generalistas locales y que los pacientes no puedan acceder a una atención médica especializada, con las consecuencias para la salud que esto conlleva. Para combatir la situación, en Fundación Recover trabajamos codo con codo con profesionales españoles y africanos.

Uno de ellos es el Dr. David García Azorín, médico especialista en Neurología en el Hospital de Valladolid y vocal del área internacional de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN), quien subraya que “en Camerún hay apenas un neurólogo por cada millón de habitantes, mientras que en España la ratio oscila entre los cuatro especialistas por cada 100.000 habitantes en Castilla y León y los seis por cada 100.000 habitantes de media en el territorio nacional”.

A pesar de solo rozar la cifra recomendada por la Organización Mundial de la Salud, situada en tres neurólogos por cada 100.000 habitantes, García Azorín asegura que “es fundamental que miremos más allá de las fronteras y colaboremos con nuestros compañeros africanos. En determinadas áreas rurales de África Subsahariana no hay siquiera médicos, son los enfermeros quienes realizan labores de consulta y de evaluación de urgencias médicas”. Sin embargo, apunta que, pese a la falta de tratamientos disponibles para determinadas patologías, “hay muchas otras para las que sí existen medios para su manejo y no siempre se emplean adecuadamente”.

En Fundación Recover, desde nuestra puesta en marcha en 2007, tejemos redes entre médicos locales de distintas regiones de África Subsahariana y España con el objetivo de facilitar el acceso de la población a una sanidad de calidad, además de aportar e intercambiar conocimientos entre profesionales. “Pese a existir hospitales estatales, la sanidad pública es 100% de pago y supone un esfuerzo económico que la mayor parte de la población no puede asumir”, explica Chus de la Fuente, nuestra directora.

De esta forma, la labor de médicos voluntarios que trabajan junto a nosotros es fundamental para garantizar el acceso a una asistencia médica especializada, algo que se ve reflejado, por ejemplo, en la formación continua que ofrecemos a los profesionales locales y que supone un “importante impacto en la salud de la población”. En muchas patologías, como las neurológicas, tiene más impacto enseñar a los profesionales sanitarios africanos que hacer viajes sobre el terreno y resolver unos pocos casos.

Para García Azorín, voluntario de Fundación Recover desde el año 2008, la formación en su especialidad es aún “mejorable” y reconoce que “existen ciertas carencias en el diagnóstico y manejo de muchas enfermedades”. Sin embargo, hace hincapié en que “el problema más grave es la estigmatización”, dado que existen diversas creencias ligadas a enfermedades como la epilepsia que continúan vinculándose a maleficios y creencias místico-religiosas.

La digitalización como puente hacia una mejor atención médica

Promovemos la formación continua de los profesionales locales a través de las nuevas tecnologías con cursos online en distintas especialidades. Y lo hacemos a través de la plataforma de telemedicina, una herramienta que ha cobrado aún mayor relevancia desde el inicio de la pandemia de covid-19, pues responde a necesidades asistenciales, formativas y de investigación más allá de las fronteras.

“Empoderar a los profesionales sanitarios y a las personas encargadas de la gestión de los recursos sanitarios es fundamental, pues el objetivo a largo plazo de la ONG es dejar de ser necesaria y que la contraparte pueda funcionar de manera autónoma, una meta para la cual hay que seguir caminando”, anhela el Dr. García Azorín. Por ello, recuerda que la colaboración con la Fundación “no es solo para personas con formación sanitaria, sino que tiene cabida cualquier persona con interés, inquietud y ganas de sumar”.