Las profesionales sanitarias africanas reclaman su espacio en el Día Internacional de la Mujer
El número de mujeres que reclaman un espacio en su entorno más cercano, en su región, y en la sociedad en general, ha aumentado de manera significativa a lo largo de estas últimas décadas en África. En países como Camerún, por ejemplo, las mujeres parlamentarias se han multiplicado por 7, pasando de ocupar el 5,56% de los escaños, a finales de los noventa, hasta alcanzar el 33,89%, en 2020 (*) . Sin embargo, en otras áreas de formación la desigualdad aún es muy grande. De las personas graduadas en carreras relacionadas con STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), solo 3 de 10 son mujeres.
El cáncer de cuello de útero, o cáncer de cérvix, que conmemora su día internacional de prevención este domingo 26, es el segundo tipo más común de cáncer entre las mujeres de todo el mundo, con una incidencia de más de 604.000 nuevos casos en 2020, y una estimación de 342.000 muertes al año, localizadas en un 90% en países de ingresos bajos y/o medios.
Las
previsiones para la enfermedad en el período de 2010 a 2030 revelan una
tendencia ascendente en los casos, siendo mayor el riesgo para las mujeres de
países con bajo índice de desarrollo, particularmente del continente africano.
Se calcula que, en la actualidad, más de
un millón de mujeres padecen este tipo de cáncer, aunque la mayoría de
aquellas no han sido diagnosticadas aún, ni tienen acceso a tratamientos que
podrían curarlas o prolongarles la vida.
El
cáncer de cérvix en África
La edad de mayor prevalencia del cáncer de cérvix son los 40-55 años con una variación entre países, de modo que en entornos con menor nivel de desarrollo la edad sería menor. Este cáncer alcanza en África unos índices de mortalidad 10 veces superiores a los de España. En nuestro país, este indicador se encuentra en 2 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, mientras que en países de África subsahariana, como Camerún, la tasa aumenta hasta las 20,8 muertes. La diferencia es notable y viene dada en gran medida por programas de cribado y detección precoz puestos en marcha en los países con mayor IDH que, junto con los tratamientos tempranos de la enfermedad, permiten reducir hasta en un 80% los fallecimientos.
En
África, por el contrario, la detección precoz es escasa y se realiza de manera
puntual, pues no existe el hábito entre las mujeres de realizarse revisiones
ginecológicas periódicas debido a contar con un sistema sanitario 100% de pago.
Por otro lado, la alta incidencia de VIH
en el continente tiene como resultado el aumento de la población
inmunodeprimida y, por tanto, aumenta el riesgo de contraer VPH (virus del
papiloma humano), patología que está en el origen del 95% de los casos de
cáncer de cérvix.
Por todo ello, mientras que el
cáncer de cuello de útero es en Europa
una enfermedad fácil de diagnosticar y
de tratar, con unas buenas perspectivas de recuperación, la enfermedad
representa una de las mayores causas de
mortalidad entre la población femenina en el continente africano.
Objetivo
del cáncer de cérvix: la detección precoz
Desde Fundación Recover realizamos campañas de sensibilización en Camerún. Estas campañas giran en torno a un triple objetivo: sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de realizar revisiones ginecológicas, diagnosticar con rapidez los casos positivos y suministrar tratamientos tempranos, incluida la realización de cirugías terapéuticas (conizaciones o histerectomías), con el fin de evitar su progresión.
La importancia de la detección precoz de la enfermedad es uno de los objetivos. Estas campañas incluyen frotis y posterior lectura, toma de biopsias (ante resultados anómalos) y análisis además de intervenciones según pertinencia (conizaciones e histerectomías). El proyecto de Cáncer de cérvix desarrollado por Fundación Recover contribuye también a la investigación.