“Aunque la vida en la selva no es lo que acostumbramos, no es un lugar tan pobre, ni peligroso, como se piensa. Es un cambio brutal, con un calor humano que puede palparse. La mejor experiencia de mi vida.”
María Laínez Martí
Voluntariado en Fisioterapia en el Hospital de Monavebe
Mi primera vez como voluntaria en fisioterapia y ha sido una experiencia increíble; estuve durante algo más de un mes y me encantaría volver sin ninguna duda. Desde mi vuelta, sigo en contacto con la hermana del centro y algunos enfermeros, que me escriben a menudo. Mi objetivo allí fue el siguiente: hace un par de años Recover compró mucho material para la disciplina de fisioterapia gracias a las aportaciones de los donantes y estuve en el hospital por dos motivos. Uno de ellos era apoyar a Rodrigue, fisioterapeuta camerunés en el centro. Otro era hacer un pequeño análisis de cómo se estaban utilizando las máquinas, cómo se desarrolla el trabajo técnico, etc.
Cuando llegué, lo primero que intenté inconscientemente fue “europeizar” la situación. Es decir, aquí estamos acostumbrados a trabajar con un horario fijo, por ejemplo, que fue lo que yo trataba de hacer, pero eso allí es muy complicado. Debido a las lluvias, hay días que no había nadie y otros días que llegaban 20 pacientes, por lo que debes ajustarte y unos días sales antes, otros te quedas unas cuantas horas más…
Fue lo que más me impactó, además del trabajar con material o una sala quizá más pequeña de lo que acostumbro a ver, pero la verdad es que nada de eso supuso un problema. La gente allí es muy agradecida, aquí estamos más enfadados, porque no me han cogido bien la hora, porque no me gusta esto, etc. Allí, sin embargo, esperan 4 horas en mitad de la selva a ser atendidos si hace falta y nunca ponen una mala cara por ello.
Hace algún tiempo hice un voluntariado general en la India y creí que me encontraría con la misma situación al llegar a Camerún, pero me llevé una sorpresa enorme. Mientras que en la India vi mucha pobreza, era peligroso salir sola, etc., en Camerún sentí mucho calor humano nada más llegar. Aunque las condiciones en las barracas donde viven, en plena selva, no sean lo que acostumbramos, no es un lugar tan pobre, ni peligroso. Es un cambio brutal, con un calor humano que puede palparse. Ha sido la mejor experiencia de mi vida.