Por Cristina Gías Gómez, voluntaria de Fundación Recover
En el Encuentro de Voluntarios de este 2018, una de nuestras voluntarias nos emocionó con sus palabras sobre lo que significa para ella colaborar con Fundación Recover. A pesar de su «natural timidez», como ella misma indica, consiguió conmover a los asistentes papel en mano.
Sensaciones de una voluntaria
«Hola. Me llamo Cristina, y soy voluntaria porque soy solidaria. Siempre lo he sido y mucho, a veces tanto que suelo pecar de ingenua. Aunque estos últimos años tengo a alguien que me ayuda a encontrar el límite razonable a mis propuestas, y que no sólo frena mis iniciativas, sino que las complementa con su peculiar punto de vista.
Por eso estoy aquí, por solidaria, porque quiero ayudar, porque necesito ayudar y Fundación Recover me ayuda a conseguirlo. Cierto que no es la única ONG con la que colaboro, pero hasta la fecha, ha sido con la que más me he involucrado, supongo que será porque todos los miembros con los que he tratado me han transmitido esa ilusión por conseguir los diversos objetivos de los proyectos en los que la Fundación se involucra.
He estado en todos los eventos que se me ha requerido y siempre han sido experiencias enriquecedoras. He conocido mucha gente interesante y compartido con amigos momentos divertidos, pues mi predisposición positiva, mi entrega en cada evento hace que me lo pase bien, que disfrute ¡y encima gratis! Lo único que lamento es no saber transmitir ese sentimiento a los demás voluntarios para que todos lo disfruten como yo.
Soy consciente de que lo que voy a decir no es normal, que no todos lo ven así y que algunos tienen intereses ocultos pero, como me ha tocado a mí, me permito compartirlo en público: Para mí la Fundación Recover es la herramienta para hacer llegar “mis locuras” a gente que necesita ayuda, a personas que no han tenido la fortuna de nacer en un entorno “cómodo”, como el que disfrutamos en los países con mayores índices de desarrollo; la Fundacion Recover es como una aplicación que me permite hacer un viaje virtual por entornos africanos a los que difícilmente sería capaz de llegar por mí misma.
Cada vez que leo un proyecto, hago míos los objetivos; cada vez que veo una foto conseguida allí, yo me transporto allí. A mi manera, estoy acariciando a esos niños cuyos ojos me cuentan su dura vida, estoy ayudando a sus madres, a las mujeres, a los ancianos, a todos los enfermos a los que mis limitaciones físicas me impiden hacerlo. Yo estoy en Madrid pero me siento en Camerún, Costa de Marfil, Congo… gracias a Fundación Recover.
Mi satisfacción es tener y mantener la esperanza de que, sin salir de mi entorno, pueda conseguir de forma anónima una sonrisa, que una mujer pueda dar a luz a un futuro Premio Nobel, o simplemente conseguir que algo cambie, gracias a la “locura” de estar en un mercadillo pasando frío o calor, de tener que vencer mi natural timidez, de echarle valor al miedo de la negación, pero sabiendo que allí, a lo lejos, hay gente que necesita que nosotros nos apliquemos la sentencia que nos recuerda que Cuando un hombre planta un árbol a cuya sombra sabe que nunca va a sentarse, ha comenzado a entender el sentido de la vida.
Yo me siento sembradora y espero que “la sombra de mi árbol” sea tan grande que todos entiendan por qué estoy “loca” por Fundacion Recover. Gracias.»