Todo empezó el año pasado: el Dr. Casado, del Hospital Ruber Internacional, operó a Gilby, un niño de Burundi de 14 años con quemaduras muy desfigurantes
El Dr. Ricardo Ruiz, jefe de servicio de Dermatología de este hospital y director de la Clínica Dermatológica Internacional lo acogió en casa y Gilby se hizo amigo de sus hijos. “Era curioso”, cuenta el doctor, “porque después de la cirugía, con la comodidad material con la que vivía en Madrid, su ilusión era volver a Burundi y enseñar a sus hermanos lo bien que había quedado”.
Gracias al apoyo y la implicación de la Dra. Marta Conde, presidenta de la Fundación Kyrikú que cuenta con una importante presencia en Burundi, el Dr. Ruiz, patrono de esta fundación, viajó al país africano y vio de primera mano las necesidades dermatológicas que tenían los niños burundeses.
Vieron decenas de niños con todo tipo de lesiones cutáneas sin diagnosticar y sin tratar. Les llamó la atención que, en el quirófano, los cirujanos tiraban a la basura las piezas que extirpaban, ya que no disponían de laboratorio para analizar el material. Esta carencia dificultaba el diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado de diversas enfermedades cutáneas y otras afecciones. Con el apoyo de Fundación Recover, el Dr. Ruiz propuso a Fundación Kyrikú, llenar este vacío en la infraestructura sanitaria de Burundi.