“En Camerún la Navidad se celebra diferente en cada ciudad, pero hay una brecha general entre ricos y pobres”
¡Hola! Soy Atchomi Aristide Narcisse, voluntario en Dypamak y Fundación Recover. La fiesta de Navidad o de la natividad se ha convertido durante años en un ritual para muchas familias. Esta festividad cristiana simboliza el nacimiento de Jesucristo el Salvador. Como en la mayoría de los países, afecta a los cristianos, especialmente a aquellos de obediencia católica. El pueblo de Camerún no pierde esta oportunidad de mostrar su fe cristiana, pero cada vez más el lado festivo ha prevalecido sobre la espiritualidad.
Distintas familias: distintos recursos y realidades
En Camerún, los preparativos para la fiesta de Navidad difieren de una ciudad a otra y, a nivel familiar, existe una brecha entre las familias ricas y las que se dice que son pobres. En las grandes metrópolis como Yaoundé y Douala, las calles están adornadas con guirnaldas de luces, lo que le da a la ciudad un aire especial. Los rótulos de las tiendas no se quedan fuera y todo el mundo expresa su creatividad: «Santa Claus», abetos que adornan el interior y el exterior de las diferentes tiendas…
En las zonas rurales, es decir, en los pueblos, esos escenarios mágicos de las grandes urbes no se encuentran, esto se explica por la falta de medios económicos de determinados municipios. En las iglesias, especialmente las católicas, se establece un programa especial: bautismo de niños menores de cinco años, oraciones, adoración, alabanza… Y se prepara una decoración especial con cunas que dan la bienvenida al Niño Jesús.
La fiesta de Navidad se considera –correcta o incorrectamente– la fiesta de los niños, por ejemplo, en los jardines de infancia y en algunas instituciones públicas se realizan ceremonias del árbol de Navidad. Durante estos eventos, se entregan regalos a los alumnos y a los hijos de los distintos funcionarios de las instituciones públicas.
La Navidad es también la ocasión en la que ciertas almas de buena voluntad muestran su solidaridad hacia los niños desamparados, especialmente los que están en orfanatos. Este derroche de solidaridad se refleja en las visitas a estos orfanatos, donde se va con las manos llenas de regalos y necesidades básicas (arroz, pescado, aceite, etc.). Su objetivo es hacer sonreír a estos niños vulnerables.
Respecto a las familias, cada una celebra la Navidad en función de sus medios: los que tienen recursos disfrutan decorando sus casas con árboles bañados en colores navideños y llevan a sus hijos de paseo, llenándolos de regalos. Las familias pobres, como no puede ser de otra manera, disfrutan con lo mínimo, es decir, de organizar una comida, si es que hay medios.
Tiempo de inflación
Por desgracia, durante esta festividad también existe una inflación en los precios de los bienes o juguetes que hay en el mercado. Algunos comerciantes codiciosos especulan con aumentos excesivos de los precios de algunos productos básicos y juguetes. Para ellos, es el momento de maximizar las ganancias.
El invitado sorpresa de la Navidad 2020: covid-19
El año 2020, que acaba pronto, habrá estado marcado por la crisis provocada por el covid-19. Esta pandemia continúa afectando negativamente a todas las partes interesadas. Sin duda, la Navidad 2020 será celebrada de una forma diferente, pues los grandes lugares de encuentro como los parques experimentarán un descenso en la tasa de visitas para cumplir las medidas de protección. También, por desgracia, habrá menos iniciativas solidarias con los niños vulnerables, pues la falta de medios económicos ha afectado a muchas familias, pero esperamos que pronto la situación mejore.