«A pesar de los esfuerzos, aún queda mucho por hacer»

Por Atchomi Aristide Narcisse, voluntario de DYPAMAK (Camerún) y Fundación Recover
Lire l’article original en français – Traducción de Fátima León Medialdea

En Camerún, como en todos los países del mundo, la salud sigue siendo una prioridad, pues contribuye a acelerar el desarrollo del capital humano para un crecimiento económico y un desarrollo sostenible. Cada país define su política sanitaria para hacer frente a los distintos retos que deben abordarse, por ejemplo, en Camerún, el sector de la salud está estructurado en tres niveles (central, intermedio y periférico) e incluye tres subsectores: (i) un subsector público; (ii) un subsector privado (sin fines de lucro y con fines de lucro); y (iii) un subsector tradicional. Cada nivel de la pirámide tiene sus propias estructuras administrativas, sanitarias y de diálogo:


Por desgracia, esta estructura no refleja la realidad: Camerún no tiene una buena política sanitaria. A día de hoy, no existe una cobertura universal de salud, los hogares cameruneses deben pagar hasta el 75 % de los cuidados, lo que no permite que la población tenga acceso a determinada atención especializada ni a hospitales de 1ª y 2ª categoría, pues no cuentan con los recursos económicos necesarios para ello. Esta falta de cobertura sanitaria universal empuja a quienes no disponen de dichos recursos a recurrir a la medicina tradicional -que no está en absoluto desarrollada o supervisada-, a los centros de salud clandestinos y, por último, a los vendedores ambulantes de medicamentos.

Además, cabe destacar que existe una disparidad entre las estructuras sanitarias de las zonas rurales y urbanas en lo que se refiere a instalaciones técnicas y recursos humanos cualificados. Los establecimientos de salud en las zonas rurales son considerados los «parientes pobres», pues algunos no cuentan con recursos técnicos suficiente ni con personal cualificado para satisfacer las necesidades de la población. Todas estas debilidades; la falta de cobertura universal de salud, la escasez de medios técnicos, la falta de personal cualificado y la necesidad de aplicar una buena política de salud no invalidan sin embargo los abundantes activos de Camerún, tales como el dinamismo de su población y la disponibilidad de recursos financieros que merecen ser gestionados en beneficio de la población.

Desde la independencia hasta hoy, se han realizado mejoras en el campo de la salud. Cabe mencionar la construcción de varios hospitales de referencia como el Centro de Emergencia de Yaundé, la creación de varios centros de formación y la subvención estatal para el tratamiento de ciertas enfermedades como la hepatitis B, el VIH-SIDA, la insuficiencia renal (hemodiálisis), el paludismo en niños menores de 5 años y determinadas vacunas. Es más, el gobierno camerunés ha adoptado diferentes instrumentos para realizar estas mejoras, tales como el Documento de Estrategia para el Crecimiento y el Empleo (DSCE horizonte 2035), la Estrategia Sectorial de Salud (ESS 2016-2027), el Plan Nacional de Desarrollo Sanitario (PNDS 2016-2020) y el Plan Trienal de Emergencia (PLANUT 2015-2017). Todos ellos tienen como objetivo mejorar la prestación de atención y servicios, la rehabilitación y construcción de estructuras sanitarias, la formación del personal sanitario y la aplicación de la cobertura sanitaria universal.

La formación sigue siendo una palanca importante en la política sanitaria de Camerún y la falta de personal sanitario en todos los niveles de la pirámide es un verdadero obstáculo para garantizar una buena salud de la población, pues según las estadísticas de la OMS, la proporción de profesionales de la salud con respecto a la población de Camerún es de 0,8 médicos y 7,8 enfermeras por cada 10.000 habitantes, lo que está por debajo del nivel requerido. Una buena política de gestión de los recursos humanos permitiría una mejor atención a la población.

Las organizaciones no gubernamentales siguen siendo, además, socios importantes para la promoción de la salud en Camerún, pues entre 2011 y 2015, las ONG internacionales aportaron 4.300 millones de francos CFA (Fuente: MINSANTE 2015. DCOOP). Esta cooperación debería reforzarse en el ámbito de la formación del personal sanitario, el suministro de equipos médicos para reforzar las estructuras técnicas, la promoción de la salud mediante campañas de salud sobre enfermedades transmisibles y no transmisibles y la colaboración entre ONG internacionales y asociaciones locales para poner en común sus actividades.

En vista de lo anterior, se puede decir que Camerún no tiene una buena política de salud, pues cada vez se hace más grande la brecha entre ricos y pobres; los primeros tienen los medios para cuidar su salud y los pobres no. Las disparidades entre las estructuras sanitarias de las zonas urbanas y de las zonas rurales son también cada vez más evidentes y el Gobierno no parece estar cumpliendo plenamente su misión, que consiste en garantizar el bienestar de toda la población. A pesar de los esfuerzos realizados, aún queda mucho por hacer: la aplicación de una verdadera cobertura sanitaria universal, la buena gobernanza y la buena gestión de los recursos disponibles, así como el fortalecimiento de la cooperación con los distintos asociados en el ámbito de la salud.

 
Sobre Aristide

Mi nombre es Atchomi Aristide Narcisse, de nacionalidad camerunesa, nacido en Yaundé. Tengo una licenciatura en lingüística general y aplicada y un certificado de cualificación profesional en examen médico, conocido como Delegado Médico. Siempre me han apasionado las profesiones relacionadas con la salud y teniendo en cuenta nuestra situación, no he podido realizar una formación en el campo de la medicina, por lo que para ser fiel a mi pasión he realizado esta formación como representante médico, que es una disciplina transversal, que combina la salud y el marketing.

En 2013 creamos la asociación DYPAMAK (Dynamique Participative de Makénéné pour le Développement – Participación dinámica de Makénéné para el desarrollo), una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de las personas en los ámbitos de la educación, la salud, la gestión de los recursos naturales y la defensa de los derechos de las personas. Mi experiencia en Dypamak durante los últimos seis años me ha permitido apreciar las dificultades que enfrentan ciertos segmentos de la población en la sociedad, la necesidad de brindarles ayuda y, al mismo tiempo, esta experiencia me ha permitido conocer y establecer relaciones con muchas personas además de con organizaciones. Al final, gracias a este compromiso dentro de Dypamak, me siento orgulloso de aportar mi grano de arena en la sociedad.