Experiencia de un voluntario neurólogo en Camerún
Aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid y que tenía que acudir a Camerún para el congreso de la Academia Africana de Neurología, en el que tuve la suerte de participar como ponente, tomé unos días para retomar brevemente la cooperación. Esta era la sexta ocasión que viajaba a Camerún, la decimoprimera que hacía un viaje a terreno. Desde que era estudiante de medicina, en 2008, hasta que me formé como neurólogo, he tenido varias experiencias y junto con un equipo maravilloso de compañeros, he aprendido una serie de valiosas lecciones:
La primera es que la patología neurológica es muy frecuente en África. Probablemente más que en nuestro medio, ya que algunos problemas, como la epilepsia, son más prevalentes. Esto hace que los profesionales sanitarios africanos deban estar bien preparados para atender a estos enfermos. En nuestros proyectos de neuro-cooperación hemos constatado que las campañas sobre terreno neurológicas tienen menor impacto que las de otras especialidades médicas o especialmente quirúrgicas, ya que muchas enfermedades son crónicas y una vez retornamos, es el profesional local quien debe hacerse cargo de dichos enfermos.
La segunda es que, aunque los recursos disponibles sean menores, con frecuencia no son utilizados de la mejor manera posible. Hay fármacos que, pese a estar disponibles no se emplean, y en el otro polo, es frecuente que se utilicen combinaciones con poco sentido. Algunas pruebas se prescriben cuando no son necesarias, con un alto coste para el enfermo, y puede que sus resultados no siempre sean del todo bien interpretados.
La tercera es que hemos de acompañar a nuestros compañeros africanos y ayudarles a mejorar su formación, puesto que el interés que tienen es enorme y el mérito todavía mayor. A lo largo de estos años he sido testigo de cómo en muchos lugares esta formación y esta asistencia se hacía a nivel de los propios países africanos, bien sobre el terreno o bien con los diferentes programas de telemedicina. Por ello, la formación de formadores es un punto clave y la realización de estrategias que combinen formación sobre el terreno y formación a distancia sean probablemente la opción más eficiente. Espero seguir aprendiendo de mis compañeros africanos y aportar mi pequeño granito de arena para que las personas con enfermedades neurológicas reciban el mejor tratamiento posible.