Ver evolución del covid19 en África subsahariana
Las deficitarias estructuras sanitarias y la falta de profesionales hacen de la cooperación una herramienta indispensable en la lucha contra el covid-19 en África subsahariana
Incertidumbre, esa es la única certeza. Muchas son las hipótesis que se barajan estos días en torno a la salud de un continente que ya tiene bastantes preocupaciones: el brote de sarampión en la República Democrática del Congo que ya se ha cobrado la vida de más de 6.000 personas, en su mayoría niños, a pesar de existir una vacuna; el ébola, la meningitis, el paludismo y la fiebre amarilla; enfermedades crónicas como la diabetes, que se llevan hasta el 64% del salario de sus habitantes o el 90% de las muertes a manos del cáncer de cérvix.
Y es que afrontar el 24% de la carga mundial de enfermedad con tan solo el 1% de recursos financieros y el 3% de profesionales sanitarios no es fácil, con o sin coronavirus.
Sin embargo, con España en cuarentena, es difícil pensar en otra cosa. El covid-19 también se va extendiendo poco a poco por la región africana, donde ya son mayoría los países afectados, entre ellos Camerún, Burkina Faso y Costa de Marfil, pero la pandemia tiene su epicentro en Occidente y Asia, de donde ha importado la mayoría de sus casos. Como recoge el Diario Montañés, Nigeria reportó los primeros síntomas tras el regreso de un ciudadano de Milán. El brote siguió en Marruecos, donde el primer afectado también era residente en Italia, y Camerún confirmaba sus primeros cinco casos, todos ellos relacionados con Francia.
Si bien la lógica dictaba que los números se multiplicarían exponencialmente, las cifras aún son bajas en comparación con el resto del globo. ¿Es cuestión de tiempo? ¿Es cuestión de probabilidad? ¿Es la joven edad media del continente o las altas temperaturas y su clima tropical lo que frena el virus?
Quizá más allá del Sáhara ya hayan afrontado suficientes consecuencias de otros a lo largo de su historia. O quizá sea, como El Correo explica que argumentan algunos, que la corrupción y la falta de medios no permiten cuantificar casos de manera fiable. O que, como aseguran otros, la razón esté en la detección temprana de los casos. Si bien el ABC recogía que la lenta llegada del virus ha permitido que 33 de los 47 países del África subsahariana cuenten con instalaciones adecuadas para diagnosticar los casos, mientras que a principios de año solo disponían de ellas Sudáfrica y Senegal, la situación no deja de ser preocupante: las infraestructuras sanitarias siguen siendo insuficientes y no permitirán alojar a los pacientes si los casos aumentan drásticamente, ni podrán ofrecer acceso a respiradores o a Unidades de Cuidados Intensivos, entre otras cosas.
¿Y si sale cruz?
Tal vez sea solo cuestión de azar, pero la suerte tendrá poco que decir si el covid-19 le declara la guerra a África subsahariana. La OMS establece que 23 sanitarios por 10.000 habitantes es el umbral mínimo para garantizar cuidados básicos de salud al 80% de la población de un país. En España, donde la cifra ronda los 40 médicos/as por cada 10.000 habitantes, ya preocupa el desbordamiento de los centros de salud. ¿Qué ocurrirá entonces en Camerún o Costa de Marfil, donde las cifras pasan de 40 a 0,8 y 1,4 profesionales, respectivamente?
La falta de sanitarios no es el único factor de riesgo que enfrentan los africanos. La inexistencia de un sistema universal de salud, con una sanidad 100% de pago que la mayor parte de la población no puede asumir, es igualmente preocupante. A esto hay que sumarle la falta de hábito para acudir al centro médico antes de que sea demasiado tarde o las escasas posibilidades de higiene. Aconsejar medidas de desinfección cuando gran parte de la población no tiene acceso a agua corriente no parece la mejor estrategia.
En este contexto, solo podemos preguntarnos: si el coronavirus invade el continente africano, ¿cuál será nuestro papel? ¿Cómo podremos minimizar el riesgo? La respuesta no es diferente a la que ya se va interiorizando para España: cooperación y solidaridad. Si no lo detenemos, el coronavirus se instalará en África con un impacto brutal. Es el momento de no bajar los brazos. Es el momento de seguir unidos.
¿Qué medidas hemos adoptado en Fundación Recover?
Dado que los casos detectados en los países africanos con los que colaboramos han sido importados de Europa, hemos pausado los viajes a terreno de nuestros grupos de voluntariado, así como la llegada de pacientes a España, entre ellos Emeyah, Taofik, Abdelhafis, Abdoulaye e Hypolitte.
Además, desde el martes 10 de marzo, todos los trabajadores y trabajadoras de Fundación Recover hemos adoptado el teletrabajo como medida preventiva. Gracias a la apuesta por la innovación en nuestra organización, seguimos manteniendo nuestro día a día e incluso estamos reforzando algunas de nuestras líneas de actividad, como es el caso de nuestra plataforma de Telemedicina, que ha redoblado su importancia en un contexto en el que la conexión, la comunicación, la formación y el apoyo a distancia es la mejor estrategia.
Ahora más que nunca, es nuestro deber continuar la lucha por una salud de calidad para todos y para todas en el continente africano.